Hace unas semanas en Argentina se dio la circunstancia de un conflicto social ante las reformas de la Constitución de la Provincia de Jujuy, el litio en el centro de los cuestionamientos. A continuación, las principales conclusiones, de un trabajo dirigido por José Salazar-Xirinachs (2023), División de Recursos Naturales de la CEPAL.
El litio se ha consolidado como uno de los minerales críticos de la transición energética, en particular porque constituye un insumo para la producción de las baterías de iones de litio utilizadas para la electromovilidad. América Latina y el Caribe, especialmente la región del triángulo del litio, es rica en este recurso. En consecuencia, los países que la integran han pasado a considerarlo un recurso estratégico, con potencial para promover su desarrollo económico. Esta expectativa se sustenta no solo en la posibilidad de fomentar la creación de valor y la captación de la renta económica ligada al aprovechamiento del recurso, sino también en la creación de capacidades productivas y tecnológicas intensivas en conocimiento que contribuyan a un proceso de cambio estructural.
Los regímenes de gobernanza del recurso adoptados en cada uno de los países de la región difieren profundamente. Ello significa que la gestión del litio y sus usos se rige por distintos tipos de reglas, en el marco de las cuales el Estado, el mercado y los actores sociales tienen distintas competencias, recursos e instrumentos. A pesar de esta heterogeneidad, es posible formular un conjunto no exhaustivo de directrices de política orientadas a mejorar el potencial de la región para aprovechar las oportunidades que ofrece el litio y contar con mejores herramientas para enfrentar los desafíos que presenta su explotación.